El uso de la bicicleta mejora la salud física y mental, previene el sedentarismo que constituye uno de los 4 factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, obesidad, entre otras). Ayuda también a mejorar la buena calidad de aire en las ciudades y recupera el espacio público para las personas. Las ciudades que privilegiaron la infraestructura ciclística, demostraron un impacto económico sobre los impuestos locales, reduciendo presiones sobre los sistemas de salud y transporte. Nuestro objetivo es seguir mejorando la movilidad en la ciudad, garantizar la seguridad en el tránsito y cuidar tu economía.